Portastatic Be Still Please

Mac McCaughan, uno de los dueños del necesario sello Merge y líder de una de las bandas más representativas del indie rock de los noventa, Superchunk, ha hecho el disco que merecía su carrera en solitario (que comenzó con entusiasmo allá por 1994).

El más diáfano y, curiosamente, el más complejo. En los predecesores a “Be Still Please”, el sentimiento lo fi que Mac inculcaba a las canciones de Portastatic no siempre era acertado. Al final, los discos resultaban agradables y notables, pero no brillantes. En estas nueve canciones (más los tres extras que incluye la edición europea, entre ellos una emotiva relectura del “And I Was A Boy From School” de Hot Chip), continúa la senda insinuada en “Bright Ideas” (Merge, 05) pero, por fin, aquí todo encaja a la perfección. Los arreglos de cuerda (“Sour Shoes”), las evocadoras letras y los coros femeninos de Laura Cantrell y Annie Hayden, pero también los juegos de ritmos (¿no suena a bossa “Sweetness And Light?), o la voz, a veces rasgada, a veces fluida, del artista. Por el tipo de composiciones (abundancia de medios tiempos) y por la producción recuerdan a los ambientes que crean los dos últimos discos de Death Cab For Cutie (por ejemplo, en “Like A Pearl”), a quienes Portastatic, si el mundo fuera justo, deberían superar en popularidad. Es precisamente deambulando por ese camino, más de atmósferas que de riffs, por donde más conseguido queda el álbum, cuando los solos de guitarra se vuelven más melancólicos (“Getting Saved’), cuando las confesiones nocturnas se hacen sutiles melodías (“Cheers And Applause”). Aunque, claro, para los amantes de la urgencia de Superchunk está la pegadiza “I’m In Love (with Arthur Dove)”, precisamente la que menos encaja en el conjunto.